El lunes 7 de agosto, Khawaja Saad Rafique, el Ministro de Ferrocarriles de Pakistán, ha atribuido como la «causa principal» del accidente de tren del domingo que dejó al menos 30 personas fallecidas en el sur del país a las deficiencias en la red ferroviaria. Aunque aún no ha descartado la posibilidad de sabotaje o un ataque.

Rafique explicó que este trágico accidente es resultado de la «limitada disponibilidad de recursos» para llevar a cabo la renovación del sistema ferroviario nacional, cuyas insuficiencias han sido responsables de numerosos accidentes cada año. Reconoció que la «verdadera culpabilidad» recae en la falta de recursos y admitió: «No podemos mantener las cosas».

Este incidente ocurrió apenas tres días antes de la disolución de la Asamblea Nacional, programada para el miércoles, coincidiendo con el término oficial del actual mandato antes de las próximas elecciones. Rafique aseguró: «Nos quedan dos días, después de eso vendrá el gobierno provisional. Estamos llevando a cabo una investigación y tomaremos medidas contra los responsables», informó el periódico paquistaní Dawn.

El domingo, alrededor de 30 personas perdieron la vida y aproximadamente 80 resultaron heridas en un accidente ferroviario en la ciudad de Nawabshá, en el sur de Pakistán. El Hazara Express, que estaba viajando entre Rawalpindi y Karachi, sufrió un descarrilamiento de varios vagones.

A pesar de que los principales actores sospechados de llevar a cabo actos de sabotaje de este tipo, como los talibanes paquistaníes o grupos rebeldes en las provincias de Baluchistán y Sindh, han negado su participación, la teoría de problemas en la red ferroviaria está ganando fuerza.

*Con información de la AFP.