La funcionaria más controvertida del Gobierno Petro dimitió de su posición debido a presuntas irregularidades en la gestión de la salida de su hijo del país. A lo largo de 11 meses, no logró avances significativos como Ministra de Minas y Energía, lo que ha dejado al sector estancado y lleno de incertidumbre.
El presidente Gustavo Petro busca convertir a Colombia en líder mundial en transición energética, pero su elección de la activista ambiental Irene Vélez como Ministra de Minas y Energía ha generado controversia.
Vélez carece de experiencia en el sector y su enfoque ideológico ha causado enfrentamientos con los gremios de hidrocarburos, inversores y otros expertos. Bajó los estándares para contrataciones en el ministerio y realizó cambios en los requisitos para cargos clave, lo que ha generado preocupación sobre la idoneidad de los profesionales designados.
También nombró a personas consideradas activistas en contra de la actividad minera. Su gestión ha sido criticada por su falta de experiencia y enfoque ideológico en lugar de aspectos técnicos en un sector crucial para el país.
Apenas un mes después de asumir el cargo, Vélez modificó los requisitos de 31 puestos. Por ejemplo, para dirigir la Oficina de Asuntos Ambientales y Sociales, se exigía tener título profesional en ciencia política, relaciones internacionales, derecho, economía, ingenierías (incluyendo ambiental y de minas), sociología o trabajo social.
Sin embargo, mediante un decreto, la funcionaria amplió la lista de carreras aceptadas e incluyó antropología, artes liberales, arquitectura, biología, microbiología, diseño, filosofía, teología y psicología. Los cambios también afectaron a los asesores del despacho de la ministra, permitiendo carreras como bibliotecología, ingeniería de alimentos, literatura y artes.
Con información de SEMANA*